“Todo nuestro descontento por aquello de lo que carecemos, procede de nuestra falta de gratitud por lo que tenemos”

Daniel Defoe.

A veces, nos olvidamos de todo lo valioso que tenemos en nuestra vida. No somos conscientes de todo lo que tenemos al enfocarnos en lo que nos falta y pasar por alto esos pequeños detalles que, si nos fijáramos más en ellos, nos harían ver la vida de forma diferente.

Esta visión cambia cuando cultivamos diariamente una gratitud genuina. Gratitud que empieza por uno mismo, agradeciendo por ser quién eres (único y especial), por hacer lo mejor que puedes a cada momento saboreando tus logros por pequeños que te parezcan. Continúa agradeciendo a los demás, eligiendo ver lo mejor de las personas, apreciando y valorando a todas aquellas que te rodean.

Aceptar y valorar lo que nos ofrece la vida cambia nuestra actitud, nuestro estado de ánimo, transforma nuestras relaciones con nosotros mismos y con los demás. Además, reduce los sentimientos negativos, el nivel de estrés y de ansiedad, dando paso a la alegría, a la tranquilidad y a la paz.

Como decía Cicerón:

“La gratitud no solo es la más grande de las virtudes, sino que engendra todas las demás”

Así pues, recuerda: “Elige vivir con gratitud y practícala cada día celebrando todo lo que la vida te ofrece. Ello, favorecerá el amor hacia ti, hacia los demás y hacia la vida, abriéndose ante ti las puertas de la abundancia y de la felicidad”.