October 09, 2020Por Miriam Pérez Refoyo Coach← Volver al Blog

Emociones


Las emociones nos invaden a todas horas y la realidad es que no podemos controlarlas ni resistirnos a ellas.

Vienen de la interpretación que hacemos sobre un hecho o un suceso. Esto hace que la emoción se dispare, se manifieste en nuestro cuerpo y desemboque en nuestro comportamiento externo, siendo esa energía la que nos mueve y nos predispone a la acción.

Cada emoción (se conocen más de 700) tiene su propósito.

Las emociones básicas, a grandes rasgos sirven para:

Miedo: Proteger, ya sea huyendo o paralizando. Ira/rabia: Atacar, castigar, eliminar. Tristeza: Retirarse, recogerse. Alegría: Celebrar, saborear el momento. Amor: Aceptar, valorar, legitimar (a mí mismo y al otro) tal como es.

Por tanto, no son ni buenas ni malas. Son todas necesarias y funcionales.

Son responsabilidad de cada uno. Y, si somos conscientes de ellas, nos podemos dar cuenta de cómo influyen en nuestra vida y, en consecuencia, decidir actuar adecuadamente en cada situación.

¿Cómo gestionarlas? La clave está en “detenerse y ver antes de actuar”. Para ello:

  1. Toma conciencia: Sé consciente de cómo tu cuerpo la siente y te la muestra. Date cuenta de cómo te sientes.
  2. Aborda la emoción: Siéntela, nómbrala, escúchala, acéptala y abrázala.
  3. Ahora, ya puedes expresarla de forma adecuada para responder en vez de reaccionar.

En definitiva, ignorar una emoción o reprimirla no evita sus consecuencias negativas, sino todo lo contrario: ¡las aumenta!

Y tú, ¿qué vas hacer a partir de ahora con tus emociones?

© 2021Miriam Pérez Refoyo Coach