Amarse
“Amarse a sí mismo es el comienzo de una aventura que dura toda la vida”
Oscar Wilde.
A todos nos gusta sentirnos amados. Sin embargo, ¿cómo podemos esperar que los demás nos amen como nos merecemos, si no nos amamos en primer lugar a nosotros mismos?
El amor hacia uno mismo está íntimamente emparentado con la autoestima, con la manera en la que nos queremos y nos relacionamos con nosotros mismos. Para cultivarla, inicialmente, es necesario aceptar y abrazar nuestras fortalezas e imperfecciones (aspectos a mejorar) para después cambiar lo que queramos.
Además, es fundamental relacionarnos con nosotros mismos desde el respeto, lo que significa tratarnos bien, hablarnos con amor y con delicadeza. Igualmente, cuidarnos y mimarnos, regalándonos momentos, tiempo que nos permita estar en contacto con nosotros mismos, haciendo cosas que nos gusten y nos hagan sentirnos bien.
Amarse también implica creer en nuestras propias capacidades (“soy capaz”, “yo puedo”) y dar lo mejor de nosotros mismos sin compararnos con nadie. Es decir, hacer lo mejor que podemos en cada momento, celebrando esos pequeños logros, cada obstáculo que superamos, día a día, sintiéndonos orgullosos.
Porque, cuando realmente nos queremos, nos amamos, terminan las comparaciones, se acaba la necesidad de reconocimiento constante, finaliza esa demanda de amor continua para cubrir ese hueco que no habíamos colmado.
Así pues, recuerda: “No dejes tu amor, tu autoestima, en manos de otros. ¡Todo empieza por uno mismo! Por aceptarse, respetarse y cuidarse, para después amar y ser amado. Esto te llevará a sentir paz y a estar más cerca de la felicidad”.